Parte 3:
Yessica esta impresionada de la belleza del departamento,
para ella era la cosa más increíble que había visto, Miriam no entendía porque
para Yessica, ese simple departamento era como una mansión, Yessica a vivido
toda su vida en asentamientos peligrosos, invasiones, donde el techo es de lamina
y las paredes de madera juntada de la basura y forradas con papel, robar luz es
común, con seguir un baño decente eso si es todo un logro, así que aquello era
todo lo que jamás se había atrevido a soñar.
Lo primero que hace Miriam es pedirle que se quite las
botas, a lo que Yessica hace sin chistar, “claro, obvio que quiere que me las
quite, están sucias” pensó para sus adentros Yessica, Miriam tomo las botas y
las puso en un mueble a un lado del pasillo de la entrada, ahí había otros
zapatos apilados, sobre la encimera una botella de gel antibacterial y un spray
, la pared tenia 4 ganchos de donde colgaban llaves y cubrebocas de tela, un
bonito y ovalado espejo enmarcaba todo, Miriam se sentó en el silloncito de a
un lado y procedió a quitarse sus zapatos escolares, tomo el spray y los roseo,
saco una toallita húmeda de una cajita y los limpio, luego los acomodo en su lugar,
acto seguido tomo las botas de Yessica e hizo exactamente lo mismo.
Yessica: “A un hace eso de la limpieza por el bicho?”
Miriam: “Si, pero mas bien es una costumbre que mi mamá tiene,
dice que así limpiamos menos la casa, y es verdad, como los zapatos no pisan el
suelo, este se ensucia poco”
Yessica: “En una casa con piso tiene mucha lógica, mi casa
ni piso tiene, es pura tierra, así que da igual si piso con zapatos, chanclas o
nada”
Miriam se quedo pensativa, he intento imaginar como es la casa de Yessica, tal
vez era como esas casas que vio de niña una vez que acompaño a su mamá a
llevarle comida a una señora que tenia como 10 niños y su esposo la había abandonado
a su suerte.
Pasaron de cuarto en cuarto, Miriam se sentía la guía de un
museo, puesto que no paraba de hablar de detalles y curiosidades de su casa,
mientras las señalaba y Yessica solo la escuchaba muy atenta sin hablar.
Miriam: “Mira esta foto la tomo mi tía Rosa, bueno no es mi tía
tal cual, es la mejor amiga de mi mamá y yo siempre le he dicho tía porque
ellas dicen que son hermanas del corazón, ella es fotógrafa profesional, y esta
es especial para ellas, porque son las puertas de las casas donde ambas vivían,
hace muchos años cuando eran niñas”
Yessica: solo asintió con la cabeza y no dejaba de ver la foto, en ella vio dos
puertas rojas , una al lado de la otra, y se pregunto si por eso la puerta de
esta casa era del mismo color
Pasaron por la cocina, el comedor, pasaron por la sala, Yessica
se quedo pegada a la enorme ventana como queriéndose fundir con el azul del
cielo.
Miriam: “Me impresiona que no te de miedo asomarte así por
la ventana, la primera vez que me acerque a ella me dio vértigo”
Yessica: “Que es vértigo?”
Miriam: “Es el miedo a caer al vacío desde lo alto”
Yessica: “ah, pues no, yo no tengo eso, todo lo contrario”
Miriam: “Que?, ¿cómo que todo lo contrario?, ¿ósea te
gustaría caer al vacío y te gusta estar en lo alto?”
Yessica: responde sin voltear ni titubear, “Si”
Miriam sintió un nudo en la garganta, ya no sabia que decir,
temía empeorar todo, como era posible que su amiga quisiera morirse, para ella
la vida a pesar de no tener amigas, era muy bonita, y ahora más porque la tenía
a ella.
“Muéstrame tu cuarto” interrumpió de pronto Yessica el rollo
mental de Miriam, mientras le tomaba la mano, Miriam sonrió y sin soltarla la
llevo a donde estaban las habitaciones.
Miriam: “Mira, esa de la puerta azul es el cuarto de mi
mamá, y esta de la puerta morada es mi cuarto”, a lo que con un giro de perilla
abrió, y entraron a su cuarto, este era grande, mucho mas grande que su cueva, cavarían
4 de ellas ahí dentro, una enorme y suave cama floreada, paredes blancas con
rallas rosas, con cuadros que tiene imágenes de gatos, pájaros, mariposas, cortinas
de encaje en un ventana, ella tenia una ventana!!!, un closet de techo a suelo,
con espejos, Yessica no pudo evitar hacer poses, sacar la lengua hacer gestos,
a lo que Miriam la imito y comenzó a tomar fotografías de ambas con el celular.
Yessica: “No manches tienes baño dentro de tu cuarto”, entra
y se pone a ver cada de talle, la taza reluciente de limpia, la regadera, la cortina
de baño semi trasparente que tiene decoración de pescados, abre el espejo y ve
que tiene pasta dental, cepillo y toallas sanitarias.
Miriam: “Son por precaución, de hecho, a un no me ha venido mi
menarquia”
Yessica; “Menaque?”
Miriam: “La primera menstruación”
Yessica: “Ah sí, la regla”
Se fueron a sentar , Yessica tuvo miedo de ensuciar la cama
tan limpia de Miriam que prefirió sentarse en el suelo, además se veía más cómodo
que su propia cama, tenia alfombra y olía casi tan bonito como Miriam, Por su
parte Miriam mientras le decía que su mamá les había dejado una comida
sorpresa, comenzó a desvestirse, cosa que puso nerviosa a Yessica, que le tenia
un miedo tremendo a la desnudes, cuando Miriam se quitó la blusa, se volteó y pidió
disculpas, cosa que le pareció extraño a Miriam.
Miriam: “¿Que pasa Yes, porque te volteas?, ambas somos mujeres,
bueno niñas, y tenemos las mismas cosas, no hay nada que avergonzarse”
Y: “es que, emm , mi mamá dice que es malo quitarse la ropa
en frente de la gente, y pues no supe que hacer”
M: “No te preocupes, si te molesta me voy al baño a cambiarme”
Y: “No, tienes razón, las dos tenemos las mismas cosas, es más, creo que deberías
prestarme ropa, la que traigo está sucia, crees que me pueda bañar, no quiero
ensuciar tu cama”
M: “Mira no me molesta, no estas sucia, creo que exageras, pero si así estas
mas cómoda , claro que te presto ropa, es más, ven” la tomo de la mano y
salieron del cuarto y entraron al de su mamá, este era un poco mas grande que
el de Miriam y al entrar al baño se dio cuenta que el baño también era mas
grande y para su mayor sorpresa este tenía una tina de baño
M: “Que tal si tomamos un baño de espuma?, mi mamá tiene
jabón especial para eso y puedo agarrar cuanto quiero, que dices, ¿te animas?”
Y: ella no sabía que decir, jamás había visto el cuerpo de otra
mujer más que el suyo, ni siquiera el de su mamá, estaba nerviosa y emocionada
de pensar como seria y le gano la curiosidad, “Si”
Miriam comenzó a llenar la tina y a poner cosas dentro, algo
liquido que olía bonito y que comenzó a hacer espuma, seguido de algo que parecía
sal de la gruesa, saco unas toallas y se trajo de su cuarto uno de los jabones
de violetas que le gusta usar y que sabia que a Yessica también,
Ambas comenzaron a quitarse la ropa, Miriam le dio la
espalda por respeto, pensando que si hacia eso Yessica estaría menos nerviosa, pero
Yessica estaba atenta a cada movimiento que ella hacía, mientras se quitaba
todo muy deprisa, pues le urgía quitarse la ropa interior para que Miriam no
viera sus calzones sucios ni su brassier roto,
en cuanto se despojo de toda su ropa, se aventó al agua, salpicando sin
querer a Miriam, que esta rio por la cosa tan infantil e inocente que acaba de
hacer su amiga. Miriam entro despacio, mientras Yessica veía su delgado cuerpo,
pálido, frágil, con pecas por todas partes.
Y: “Te rasuras las piernas, porque yo si lo hacía, pero me
enfade de estarme cortando, además de que una tipa en el chopo me dijo que eso
no es de feministas”
M:”no, si tengo bellos, pero son claros y casi no se ven,
pero ahí están, creo que depilarse es decisión de cada mujer, hay unas que lo
hacen y otras que no, mi mamá es tremenda feminista y se depila toda”
Mientras Yessica sobre pensaba cada cosa que Miriam le había
dicho, Miriam saco el jabón de una bonita caja y lo mojo un poco y luego tomo
de los hombros a Yessica y la hizo girar, cosa que la sorprendió pero igual lo
hizo, entonces comenzó a lavar su largo cabello negro, y Yessica cerro los
ojos, y por un momento se sintió feliz, recordó a su abuela, la única mujer que
había sido buena con ella, y que hacia eso cuando era pequeña y Vivian con
ella, su abuela era su escudo, cada que su mamá le quería pegar ella salía a su
defensa, y el día que se fueron para irse con el marido nuevo de su mamá, su
abuela intento protegerla y no dejar que se la llevara, pero por desgracia no
lo logro, el Marido de su mamá la jaloneo y así llorando se la llevaron a su
nuevo y triste hogar.
M: “Mira ese vestido y esa ropa interior es la que saque
para ti” le dijo a Yessica mientras se la señalaba con una mano y con la otra
se secaba el cabello, saco de un cajón de un mueble que tenia un espejo, una
secadora de cabello y comenzó a peinarse y a secárselo , ella ya estaba
vestida, con una falda overol color rosa y una blusa blanca con flores, Yessica
miro el vestido y era uno negro de tirantes, largo hasta las rodillas, y la
ropa interior también era negra, eso la hizo sonreír, se puso todo de inmediato,
luego Miriam la hizo sentarse en el banquito esponjoso donde ella estaba, y comenzó
a peinarla y secarle el cabello, saco una botellita de otro cajón y le unto el
liquido en el cabello, mientras ella veía impresionada cuanto brillaba.
Y así pasaron la tarde, riendo, platicando, viendo películas
y comiendo palomitas, de tanto en tanto Yessica volteaba a ver el reloj y se
daba cuenta que cada vez faltaba menos para volver a su realidad, a su cueva lúgubre
y sin ventanas, a soportar los gritos de su madre, las miradas de su padrastro
y el acoso de su hermanastro.
Cuando fue el momento de irse, Yessica fue a buscar su ropa
y no la encontró, comenzó a sentir un escalofrió, “Y si la vio”, pensó para sí,
“Me muero si la vio”
Miriam: “Si buscas tu uniforme, ya debe estar seco, lo metí
a lavar junto con el mío”
Y: “A lavar dónde?”
M: “Pues a la lavadora y luego a la secadora”
Y: “tienes de esas máquinas?”, wow a que horas que no me di cuenta?”
M: “No viste que cada tanto me paraba?, era para eso, a como eres distraída”
Caminaron a la cocina y Miriam abrió una puertita, ahí dentro
de eso que parecía un pequeño cuarto, estaban don maquinas blancas, Miriam se
agacho y de una de ellas saco toda la ropa, y la puso en un canasto rojo, y
caminaron de vuelta a la sala, Yessica iba mordiéndose las uñas de los nervios,
pensando que iba a decirle cuando descubriera su ropa interior toda rota y manchada
de lo vieja que era.
M: “oh no, mira, la lavadora rompió tus calzones, y tu
brassier también, hay no perdóname”
Y: “emm no te preocupes” respondió nerviosa
M: “mira, mejor tirarlos, y como compensación te regalo los
que te preste, ya no ocupas devolvérmelos, va?”
Y: “emmm, esta bien” Yessica estaba aliviada de no tener que
haberle dado explicaciones de los agujeros y manchas, solo tomo la ropa y la
tiro a la basura, tomo sus medias y se las puso, también las botas, y cuando se
iba a quitar el vestido, Miriam la detuvo
M: “Quédate con él, tengo mucho con el vestido y nunca me lo
pongo, es mas tu estilo”
Y: “pero, en serio es tuyo?, ¿es algo grande para ti?, segura?”
M: “Bueno me descubriste, era de mi mamá, es de la ropa que tenía
en una bolsa para donación, si te gusto, deja le digo a mi mamá si te puedo dar
toda la ropa, ¿va?”
Y: “Si toda la ropa es negra, entonces si” y comenzó a reír
Ambas bajaron tomadas de las manos por el elevador, se despidieron
en la puerta con un gran abrazo, y Miriam le dio un beso en la mejilla, cosa
que a Yessica le pareció el gesto más cariñoso que había recibido en mucho
tiempo, se sintió como los besos de su abuela, así que ella también le dio uno,
y luego corrió a la parada del camión que estaba justo en frente y se subió al camión.
Todo lo que llevaba encima ese día le parecía el mejor
atuendo del mundo, el vestido, las medias, las botas, la ropa interior, el suéter
tejido que su abuela le hizo y que siempre trae con ella, a propósito se lo
hizo gigante, “Para que te dure muchos muchos años” le dijo, y así fue, antes lo
usaba para taparse por la noche y ahora era algo que siempre la acompañaba, iba por primera vez sonriendo todo el camino,
mientras se mentalizaba para que la regañaran, porque a un que los viernes su
padrastro y su hermanastro volvían en la madrugada, su mamá igual la quería ahí
temprano para su comodidad.